El Laboratorio de Gobierno tuvo el rol de articular el diseño y testeo de la experiencia usuaria asociada al Bolsillo, es decir, transformar la propuesta de política pública en el diseño de un servicio relevante, comprensible y valioso para las personas, promoviendo su aceptación y uso. Asimismo, lideró la coordinación para el diseño normativo necesario para su implementación con base en los principios de: flexibilidad, simpleza y lenguaje claro y comprensible.

Luego de la exploración con 135 personas usuarias en entrevistas y focus group, fue posible descubrir que su principal expectativa en relación con el BFE era preservar la capacidad de administración del presupuesto del hogar. En consecuencia, la propuesta original de política pública se adaptó incorporando los siguientes aspectos:

• La tarjeta asociada al Bolsillo debía ser aceptada en la mayor cantidad de comercios posible, por lo que se optó por utilizar una tarjeta masiva como la CuentaRUT.
• Debía permitir la activación o desactivación del Bolsillo según preferencia de cada momento, ya que en ciertos días del mes podría ser percibido como un aporte más valioso por las personas beneficiarias. Para ello se diseñó y testeó una experiencia digital en la App de BancoEstado. 

Por otra parte, el Laboratorio de Gobierno desempeñó un rol clave en el diseño y elaboración de la estructura y contenido de la normativa vinculada al Bolsillo. Resulta importante destacar que la apertura y colaboración interinstitucional entre siete instituciones públicas y 27 representantes fueron elementos claves para el éxito del proceso normativo y de implementación. 

A tres meses de su implementación, el Bolsillo fue evaluado por el Banco Mundial en el marco de su programa Government to Person (G2Px), considerando datos operacionales de uso proporcionados por IPS y BancoEstado y la evaluación cualitativa realizada por el Laboratorio con apoyo del BancoEstado. Como resultado, el Bolsillo fue destacado como un caso de innovación replicable en otras naciones.  

Este proyecto recalca la importancia de un enfoque centrado en las personas y una perspectiva de experimentación previa para que las políticas públicas hagan sentido: más de 1,4 millones de familias han utilizado el Bolsillo Familiar Electrónico a lo largo del país y más de 60% han optado por administrar su presupuesto utilizando las herramientas de ajuste diseñadas para ello en el aplicativo, adoptando esta innovación pública a sus prácticas cotidianas de administración de presupuesto. Asimismo, el trabajo articulado de instituciones públicas con un propósito común permitió concretar una iniciativa disruptiva con la agilidad que requiere la política pública para apoyar efectivamente a la ciudadanía.